OLD TRAFFORD, EL TEATRO DE LOS SUEÑOS HECHOS REALIDAD

CON LA AMBICIÓN POR BANDERA

Ya lo decía Ander Herrera: "vamos a Manchester a ganar". Es el discurso más repetido en la era Bielsa, una declaración de intenciones llevada ayer al extremo en un estadio con mayúsculas, de esos que huelen a fútbol, mítico, frente a un equipo subcampeón de Europa plagado de estrellas como Rooney y Chicharito y leyendas vivas como Scholes y Giggs. Pero ninguna empresa es pequeña teniendo la ambición por bandera, sabiendo a qué se quiere jugar independientemente del contrario y del escenario, esta vez en un teatro.

La obra de teatro salió a la perfección. Empezando por el guionista, Marcelo Bielsa, que les dijo a sus pupilos antes de saltar al campo "jugar aquí es un sueño, ganar es una realidad". Y seguido por Llorente como actor principal, suyas fueron tres de las ocasiones más claras y suyo fue el gol que igualó el marcador antes del descanso el tanto anotado por Rooney; Susaeta como actor secundario compartido con De Marcos, Markel tuvo en sus botas el 0-1 pero la baselina salió desviada y puso posteriormente el centro del empate y Óscar anotó el segundo, por no mencionar los continuos desmarques a la espalda de la zaga de los de Ferguson; Muniain como creador de los mejores efectos especiales, de sus botas salió la magia, cada vez que tocaba el balón podía ocurrir cualquier cosa, de hecho tuvo un mano a mano con De Gea (soberbio el meta español que si no es por él el partido de vuelta hubiera sido un trámite) tras una jugada personal de ensueño, y anotó el 1-3 en una galopada a base de fe, pues solo él fue al rechace del portero a disparo de De Marcos; y Ander Herrera como mejor director, de sus botas salieron los pases definitivos y uno de ellos terminó en el 1-2, un pase al más puro estilo Laudrup picando el balón por encima de la defensa para que De Marcos anotara (ligeramente adelantado a la defensa red).

AFICIÓN INIGUALABLE

Y cómo no, no se podía pasar por alto la primera bilbaínada de la eliminatoria, 8.000 athletitzales que animaron y callaron con sus cánticos Old Trafford. Jamás nadie había desplazado tanta gente por Europa a un partido que no fuera una final y jamás nadie había callado a una afición inglesa. De hecho sigo pensando que el partido de vuelta tiene que ser en Manchester porque ayer parecía que se jugaba en San Mamés, "chapeau" para toda la afición, para los que viajaron y podrán contar con orgullo la machada y para los que los disfrutaron desde sus casas o en el bar de siempre. Para todos ellos el premio a la mejor producción.

FALTA SENTENCIAR

Pero dejémonos ya de alegrías. Ya lo hemos disfrutado, ahora toca pensar en Osasuna primero y luego en el partido de vuelta, en el que hay que volver a ganar a un Manchester United que en cualquier momento puede hacerte un roto y mandarte para casa, prueba de ello es que ayer sin apenas ocasiones anotaron dos goles.